- Mamá, cuéntame la historia de la que me hablaste.
+ ¿Qué historia, pequeña?
- Aquella donde contabas cosas sobre el, ¿como se llamaba?.. ¡ah sí! amor.
+ Oh, magnífica historia esa. Pues..
.. todo empezó una tarde, en la que por casualidad, se encontraron. Ella no reparó en él.
Pero él, no pudo olvidarla desde aquel momento. Buscó y preguntó por ella, por saber quien sería la dueña que aquellos bonitos ojos azules.
- Oh, ¿consiguió encontrarla?
+ ¡Claro que sí!
.. tras un par de días después de averiguar quien era, comenzaron a hablar y a verse a la salida de clase cuando él, iba corriendo, solamente para verla a ella.
Un día, él la dijo de quedar, solos, una tarde. Para irse a un parque a tomar algo.
Ella aceptó, sin ninguna duda, y ambos se fueron un jueves por la tarde a tomar unas cervezas al parque.
Allí fué donde empezó todo.
Un beso dio paso a lo que puede llamarse la mejor relación que hayas podido imaginar.
Los días pasaban, y ella y él caminaban cojidos de la mano sin importarles lo que pasaba a su alrededor.
Se besaban cada día, como si fuera el último.
Él secó las lágrimas, soportó las dudas y vivió la felicidad de ella.
Ella se enamoraba cada día de la sonrisa de él, y le ayudó en sus peores momentos.
A veces perdían el tiempo andando de un lado a otro , sin ir a ningún sitio. Pero, ¿qué más da?
Mientras estuvieran juntos, nada más importaba.
+ Venga pequeña, ya es tarde, es hora de ir a la cama.
- Pero, ¿y el final de la historia?
+ ¿Final? Nadie supo nunca de ningún final..
.. algunos dicen que les vieron caminando de la mano, vagando por parques perdidos, a horas intempestivas.
Otros que le vieron a él, deambulando alrededor de la casa de ella, o a ésta, buscándole entre la gente.
De todas maneras, solo es una historia, como otra cualquiera.
Algo que no hay que creerse.
¿Quién sabe si fué verdad, o tan solo un cuento de hadas?
¿Quién se cree que existió en realidad un amor tan fuerte?
Tan dulce como una frambuesa..
Laura,