Affichage des articles dont le libellé est Cierra los ojos. Afficher tous les articles
Affichage des articles dont le libellé est Cierra los ojos. Afficher tous les articles

lundi

Let's play.




Se acabaron las sonrisas escondidas.
Se acabó esconderse tras las sábanas.
Se acabó sonrojarse mientras tus pantalones 
se dejan perder contra mi boca.
Se acabó el no mirarme a los ojos.
Se acabó el evitar rozarme.


Cariño, las palabras se las lleva el viento, 
pero tú esta noche serás mío.


Son las diez, amor mío.




No viene a cuento. Nunca lo leerás. Y si lo haces, pensarás que no es para ti.
Mucho tiempo ha pasado. Demasiado.
Tanto que las agujas de los relojes nos han robado toda la energía
y todo el cariño que podía haber quedado entre nosotros.
Las cosas no acabaron bien, claro que no acabaron bien.
Cientos de días, y ninguna palabra.


¿En qué nos hemos convertido? ¿Qué ha hecho el reloj con nosotros?
¿Qué ha sido de las palabras, las caricias y los besos?

No sé. No tengo una respuesta para eso.
Ojalá la tuviera.

Mientras tanto, me compadezco a mi misma con un par de frases 
que nunca leerás en un blog tan muerto como olvidado.


Y desde lo más profundo de mi corazón, aunque resulte incomprensible, te quiero.



Silenciamos las luces de la noche sin apenas un ligero murmullo.
Sin palabras, nos íbamos matando, suavemente, para que ninguno lo notara.
Tardamos demasiado en darnos cuenta de la realidad de nuestros actos.
Tardamos tanto que, cuando vimos lo que de verdad habíamos hecho,
ya estábamos muertos por dentro. Mustios. Sin un resquicio de vida en nuestro interior,
que pudiéramos regalar. Y qué decir de amor.

Verla a ella te fortalecía, te revivía.                      Mientras que a mi, veros me mataba poco a poco. 
Lentamente.



Silenciamos las luces de la noche sin apenas un ligero murmullo.

dimanche

Closed eyes.



La noche era fría y tus besos gélidos. 
Te habías ido con el sol, y allí sólo quedaban restos 
de las cenizas que sus llamas me habían dejado.
Por más que intentaba transmitirte
mi calor, seguías helado, frío. Muerto.
No pude hacer nada, aunque quise.
Quise besarte, y tenerte como antes.
Volver a empezar, desde el principio.
Una mala circunstancia puede acabar con todo.
Las luces me cegaban y oía voces gritando a mi alrededor.

Todo era como antes.
Menos por el simple hecho de que yo había dejado de existir para ti.


Cierra los ojos.