Odio tu forma de hablarme, y tu forma de escribirme cosas bonitas.
Odio tu sonrisa picarona que habla por si sola y dice que aquí no ha pasado nada.
Odio tu forma de disimular. Odio tu interés por ellas.
Odio que me cuentes cosas que odio oír.
Odio mi forma de echarte de menos.