Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis,
seis y dos son ocho,
y ocho dieciséis.
Y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos.
Ánimas benditas
Me arrodillo yo.
Límites. ¿Qué límites?
¿Cuáles son los límites?
¿Quién los pone, y porqué?
Se nos ha ido de las manos, amor.
¿Quién parará este tren en marcha antes de que descarrile?