samedi

Paths.




Buscando un camino en el que pueda equivocarme.
En el que pueda tropezar.
En el que pueda darme cuenta, de que si no camino a tu lado, nunca podré llegar a ningún lado.




I really want to tell you I'm sorry... [ Chicago ]

L




jeudi

Tears.



Yo, sollozando, grité su nombre. Pero para nada sirvió.
Y allí me quedé, sentada en el suelo.
Admirando el polvo de hadas.
Dibujando con los dedos un corazón en la arena.
Sola entre la oscuridad de la noche.
Sintiendo la brisa del mar contra mi cuerpo.
Curando mi herida.


L


mercredi

Wind.

La brisa rozaba mi cara.
Entonces recordé cuando eras tú, y no la brisa.


L

lundi

Claro.


Te lo voy a decir muy claro,
olvídate de mi ya, por favor.
Déjame en paz.
Vete a tu nueva vida maravillosa.


L


mardi

Cinco mil cuatrocientos diez.

Cada segundo que pasa intento maldecir una y otra vez ese día.
Ese día en el que yo, ignorante e ingenua, lo eché todo a perder.
El día en el que, de un golpe, destrocé todo lo que habíamos construido durante 8 largos meses, que se me habían hecho demasiado breves.
Destrocé todos los momentos a tu lado, destrocé tu voz en las llamadas telefónicas nocturnas.
Destrocé los mensajes.
Las conversaciones tan tontas, que teníamos de vez en cuando, diciendo cosas sin sentido, pero que me hacían sonreir.
Lo destrocé todo. Y poco a poco, me di cuenta, que también me acabé destrozando a mi misma.

Azúcar.

En estas tardes de lluvia, quizás pueda acordarme más de tí.
En estas tardes de lluvia, en las que parece que nunca va a salir el sol, y en las que esperas, con la cara ensombrecida por las nubes, a que asome un resquicio de luz por alguna esquina del cielo.
En estas tardes de lluvia, en las que las gotas que chocan contra mi cara, pueden disimular las lágrimas que resbalan por mis mejillas.

samedi

002008009, corazón mojado.

Parece ser verdad, y el tiempo, no lo arregla todo. El tiempo, solo pasa.
Pasan los minutos, segundo a segundo.
Haciendo cada momento tan interminable, que hasta duele.
Haciendo que cada expresión, cada palabra, o casa pensamiento, se desdibuje hasta que no queda nada.
Haciendo que los sentimientos se evaporen, como lo hace una gota de agua que se posa sobre mi piel.

Como esas gotas que calan hondo, en esas tardes de lluvia que no tienen final. En las que parece que se para el tiempo. En las que aguardas, caminando, a que amaine la tormenta de deje de llover.
Pero otras veces, prefieres mojarte. Y caminas sin rumbo, empapada, buscando lugares recónditos donde viviste momentos interminables. Momentos en los que el tiempo no transcurría.
Besos sin final, instantes sin principio.
Corazones rotos y mojados.

Los peces cambiantes.

Érase una vez un lugar en que nadie lloraba.
Un lugar en el que nadie se odiaba.
Un lugar, en el que todo volvía a ser como al principio.