jeudi

Oviedo.




Cae la noche. 

Oviedo respira tranquila y los relojes ya hace tiempo que han dejado
 de marcar la hora. No estás, pero mientras camino consigo cerrar los ojos
 y recordarte como si en ese mismo instante estuvieras rozando mi piel.

Noto tus labios en mi hombro como si del primer
 rayo de sol de la mañana se tratasen.

Oviedo yace muerta, sin movimiento. 
Tan silenciosa que puede escucharse el sonido del cambio de los semáforos. 
Pero se oye demasiado lejano, sólo tu voz resuena en mis oídos en ese instante. 
Escalofríos me recorren recordando los susurros tras mi oreja. Recordando como se pierden tus besos en mi cuello, como si de tinta en agua se tratara. 

Cambiando el tono de mi piel, subiendo la temperatura.

Oviedo. 

Oviedo tan apacible y fría. Tan sola, tan vacía.

¿Qué sería de mí sin ti?


samedi

Límites.






Dos y dos son cuatro,
cuatro y dos son seis, 
seis y dos son ocho,
y ocho dieciséis.
Y ocho veinticuatro,
y ocho treinta y dos.

Ánimas benditas

Me arrodillo yo.



Límites. ¿Qué límites? 
¿Cuáles son los límites? 
¿Quién los pone, y porqué?

Se nos ha ido de las manos, amor.
¿Quién parará este tren en marcha antes de que descarrile?

lundi

Let's play.




Se acabaron las sonrisas escondidas.
Se acabó esconderse tras las sábanas.
Se acabó sonrojarse mientras tus pantalones 
se dejan perder contra mi boca.
Se acabó el no mirarme a los ojos.
Se acabó el evitar rozarme.


Cariño, las palabras se las lleva el viento, 
pero tú esta noche serás mío.


Son las diez, amor mío.




No viene a cuento. Nunca lo leerás. Y si lo haces, pensarás que no es para ti.
Mucho tiempo ha pasado. Demasiado.
Tanto que las agujas de los relojes nos han robado toda la energía
y todo el cariño que podía haber quedado entre nosotros.
Las cosas no acabaron bien, claro que no acabaron bien.
Cientos de días, y ninguna palabra.


¿En qué nos hemos convertido? ¿Qué ha hecho el reloj con nosotros?
¿Qué ha sido de las palabras, las caricias y los besos?

No sé. No tengo una respuesta para eso.
Ojalá la tuviera.

Mientras tanto, me compadezco a mi misma con un par de frases 
que nunca leerás en un blog tan muerto como olvidado.


Y desde lo más profundo de mi corazón, aunque resulte incomprensible, te quiero.




Menú. Opciones. Llamada. Número oculto. Aceptar.
.........
Marcar.
Un pitido. Dos pitidos. Tres pit..
- ¿Sí?
-...
- ¿Hola? ¿Quién es?
-...
- ¿Hola?
Colgar. 

Lágrimas


Desesperación.

dimanche

Una situación nueva

La vida pasaba sin apenas pensarla. 
Entre tú y yo, sólo una fina sábana.


  Pensando, siempre pensando. Algún día se me van a quemar las neuronas de tanto pensar,
como diría mi abuela. Es cierto. Pero de momento lo único que me calienta la cabeza es 
este sol que parece de verano aunque estemos en pleno abril. No sé en qué pienso, hace 
tiempo que he dejado de saberlo. Quizá en ti, quizá en nosotros. O quizá en esa diminuta 
hormiga que trata de arrastrar un pequeño trozo de cacahuete sin conseguirlo. Lo intenta, 
una y otra vez, pero no es capaz, y al final se resigna y continúa su camino sola, sin nada. 
No me da tiempo a seguir pensando, ya que tu sombra se acerca y veo tu figura caminar 
hacia mí. Despreocupada, como siempre. Saludas sutilmente, en general. No hay tiempo 
de pararse a más, porque te vas. Aún así, te da tiempo a soltar alguna frase de las tuyas, 
        de las que me duelen de verdad.

Pero eso tú no lo sabes. 
Y creo que nunca lo sabrás.


lundi



Silenciamos las luces de la noche sin apenas un ligero murmullo.
Sin palabras, nos íbamos matando, suavemente, para que ninguno lo notara.
Tardamos demasiado en darnos cuenta de la realidad de nuestros actos.
Tardamos tanto que, cuando vimos lo que de verdad habíamos hecho,
ya estábamos muertos por dentro. Mustios. Sin un resquicio de vida en nuestro interior,
que pudiéramos regalar. Y qué decir de amor.

Verla a ella te fortalecía, te revivía.                      Mientras que a mi, veros me mataba poco a poco. 
Lentamente.



Silenciamos las luces de la noche sin apenas un ligero murmullo.

dimanche

Closed eyes.



La noche era fría y tus besos gélidos. 
Te habías ido con el sol, y allí sólo quedaban restos 
de las cenizas que sus llamas me habían dejado.
Por más que intentaba transmitirte
mi calor, seguías helado, frío. Muerto.
No pude hacer nada, aunque quise.
Quise besarte, y tenerte como antes.
Volver a empezar, desde el principio.
Una mala circunstancia puede acabar con todo.
Las luces me cegaban y oía voces gritando a mi alrededor.

Todo era como antes.
Menos por el simple hecho de que yo había dejado de existir para ti.


Cierra los ojos.

jeudi

We started again.





Empiezo, llego, pregunto.
Nadie sabe nada. Me dejo llevar.
Las botellas tintinean en la mochila,
nuestras vidas sonríen un atardecer más.
Música de fondo, nadie siente el frío.

El alcohol fluye en nuestras venas, cariño.
Esta es nuestra noche.