A veces tenemos las cosas delante.
Y no sabemos verlas.
O no nos dejan, o nos las tapan, o están camufladas, o no queremos hacerlo.
O no parecen lo que son, o están disfrazadas, o están escondidas.
O quizá hay un rayo de luz señalándolas y las obviamos sin darnos cuenta.
Laura,
Siempre hay alguna excusa para no querer aceptar lo obvio. Que buena entrada! Un saludo :)!
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