Todos nacemos con una caja de fósforos dentro,
pero que no podemos encenderlos solos...
necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela.
En este caso el oxígeno, por ejemplo,
vendría del aliento de la persona que amamos;
la vela podría ser cualquier tipo de comida,
música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión
que encenderá uno de los fósforos.
Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa.
Una tibieza placentera crece dentro de nosotros,
desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo,
hasta que llega una nueva explosión a revivirla.
Cada persona tiene que descubrir qué disparará
esas explosiones para poder vivir,
puesto que la combustión que ocurre cuando
uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma.
Ese fuego, en resumen, es su alimento.
Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones,
la caja de fósforos se humedece y
ni uno solo de los fósforos se encenderá
nunca.
Yo me lei este libro, y aunque no me gusto mucho, la verdad que dice cosas muy bonitas..
RépondreSupprimerLo tendré que leer :)
RépondreSupprimerMenuda maravilla!!
RépondreSupprimer=)
Suerte con los examenes, cielo
Yo tambien me he leido este libro, me parece que me lo mandaron el año pasado en el cole, y opino igual que linepaula no me gusto mucho el libro quizas es un poco raro... pero dice cosas muy bonitas
RépondreSupprimerUn saludo, te sigo! =)
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