El segundo móvil, la segunda alarma. Me incorporo, y la apago. Las siete de la mañana.
- Mierda, quién me mandaría a mi estar anoche hasta las tantas por ahí. - Me digo aún con los ojos entrecerrados.
El sueño me invade, pero no puedo hacer otra cosa que despertarme de una vez. Hoy será un día muy largo.
Restos de arena en mi cama, olor a cerveza en mi almohada.
Gaviotas que solo saben molestar.
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¡Buena noche! Besos.
RépondreSupprimerBuena entrada Laura, como todas las que tienes, un beso :)!
RépondreSupprimeresa oracion de quien em manda a acostarme tan tarde anoche la digo a diario eehehehe genial entrada me encanto!! pasate :)
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